› Crónica Hellfest 2015. Segundo día.
Amanece un nuevo día en Clisson, esta vez, nos lo tomaríamos más en calma e iríamos directamente a las 15h, a ver al aclamado Ace Frehley, ex guitarrista de Kiss. La gira europea de su más reciente trabajo tenía fecha en este festival y no quisimos perdernos al talentoso guitarrista e ídolo de muchos artistas tocar con su banda.
Inició su show con Rocket Ride, de Kiss y junto a estas nos deleitó con otros clásicos como Love Gun, New York Groove, Shock Me y Deuce. La expectación reunió a una gran cantidad de gente en el Mainstage 1 ya que éste, era uno de los atractivos principales del festival por ser uno de los fundadores de la banda Kiss. Un sonido nítido y correcto acompañó al guitarrista durante su hora de actuación haciéndonos disfrutar de la que posiblemente sería, la última vez que lo viésemos tocar.
Solapándose con Airbourne, teníamos a una increíble aunque no muy conocida banda de hardcore americana: Rise of the NorthStar. Estos chicos nos transmitieron su buen rollo con canciones como Welcame, Bosozoku, Demonstrating My Saiya Style, donde el cantante no dejó de correr por el escenario y de dar brincos sin parar al más puro estilo hardcore. Con su peculiar estilo a la hora de vestir (mezcla entre raperos y banchos japoneses) nos hicieron disfrutar al máximo de su show en el Warzone.
Por otro lado, en el Mainstage 1, Airbourne empezó a sonar a las 16:45h de la tarde. La masa de gente que comprendía el recinto del escenario principal era increíblemente grande a pesar de las altas temperaturas y es que la gente no podía dejar escapar a esta banda de hard rock de la vieja escuela. El show comenzó con Ready to Rock y siguió con su mítica canción Too Much, Too Young, Too Fast. Todo transcurrió sin problemas hasta la mitad del concierto dónde repentinamente, se les cortó el sonido por varios minutos. Algo sorprendente para festivales de este calibre y más actuando en el escenario principal, donde en teoría todo debería ir sobre ruedas. Finalizado este pequeño percance, volvieron a la carga con Diamond in the Rough, continuado de Stand Up for Rock 'n' Roll, dónde el frontman de la banda hizo su característica locura de explotar una lata de cerveza con su cabeza. Runnin' Wild como despedida triunfal, donde todos saltamos, gritamos y nos movimos al ritmo de este mítico tema.
Tras este concierto y con los nervios a flor de piel, pondríamos rumbo a la conferencia de prensa de los grandes Scorpions. Los cabezas de cartel del festival se pondrían ante todos nosotros para charlar y contarnos cosas sobre la actualidad de la banda.
Los cinco miembros y con Klaus como líder y principal persona en contestar todas las preguntas, nos hablaron de sus objetivos de esta nueva gira, del nuevo trabajo con el cual estaban muy contentos con el resultado, como también las expectativas de continuidad de la banda, ya que nos comunicaron que de momento, tienen fechas hasta 2016, y pretenden terminarlas. Una vez terminadas, ya se verá que es lo que hacen.
Así bien, y con otros aspectos que trataron a lo largo de esos 20 minutos de entrevista, la banda al completo se retiraría entre grandes aplausos y nosotros pondríamos rumbo a ver al Mainstage para poder contemplar el show de uno de los más grandes.
A las 18:40h se abría paso una gran leyenda de la guitarra. Miembro fundador y proveniente de los Guns 'n' Roses, Slash, un nombre que no hace falta describir. Con Myles Kennedy de Alter Bridge al micrófono, la banda abría su concierto con You're a Lie seguida de Nightrain, el primer clásico de los Guns en sonar dónde Kennedy soltó su guitarra para dedicarse únicamente a sostener el micrófono. Hay que decir que los dotes vocales de este pedazo de músico son totalmente extraordinarios, nunca es fácil llegar al nivel del anterior Axl Rose y superarlo en según qué ocasiones. El Mainstage 1 estaba abarrotado de gente que quería rememorar los famosísimos temas de su anterior banda y así fue como Slash nos deleitó con You Could Be Mine y Sweet Child O' Mine para comenzar y finalizó con la tan famosa Paradise City.
Un repertorio compuesto por temas de la propia banda, como covers que hicieron vibrar a la mayoría de gente que se concentró en ese horno de calor. Así bien, este terminó el concierto entre aplausos y con el gusto de ser uno de los mejores conciertos del festival. Como en el caso de Ace Frehley, Slash es un guitarrista que abandonó su anterior banda para lanzar su carrera en solitario, y es que esta gente no puede ser olvidada ni terminar de hacer música. Todo un deleite para nuestros oídos el volver a escuchar ese riff de Sweet Child O’ Mine o el silbato de Paradise City. Momentos mágicos que nos hicieron volver a la infancia, a esos geniales Guns n’ Roses que nunca volverán.
Caída la tarde era el turno del trío estadounidense más barbudo de todo el festival, tras más de 45 años juntos, hoy, ZZ TOP, estaban subidos al escenario para hacernos disfrutar. Dando el pistoletazo de salida con Got Me Under Pressure el vocalista de la banda se dirigió al público con ese toque humorístico que le caracteriza. Siguieron entonces con sus mejores temas como Jesus Just Left Chicago, Gimme All Your Lovin y la mítica Sharp Dressed Man, acompañadas de su ya clásico bailecito, los dos, sosteniendo sus guitarras mientras tocan y se mueven pasito a pasito hacia el lado. Algo divertido para los que jamás habíamos visto a los ZZ TOP, era la aparición de una guitarra forrada de pelo que uno de los componentes sostuvo durante varias canciones. Un grupo muy divertido con el que disfrutamos al máximo viéndolos. Para terminar, cerraron su actuación con La Grange/Sloppy Drunk Jam y con Tush.
Al caer la noche, estábamos de vuelta al Warzone, para ver a uno de los grupos más famosos en el panorama del hardcore: Madball. Al igual que todos los grupos de este estilo que pisaban el escenario, arrasó sobre las tablas haciéndonos enloquecer y sumergiendo a los asistentes en un ambiente de batalla campal tocando temas como Get Out, Infiltrate the System y terminando con Pride y Hardcore Still Lives que tan solo dura 7 segundos, los suficientes para hacer que el Hellfest terminase de liarla en su actuación y despedir a la banda entre aplausos de satisfacción.
Turno de los Scorpions, la banda que encabezaba el festival. Tras 50 años de trayectoria, los reyes de las baladas por excelencia se disponían a tocar en el Hellfest 2015, encabezando la noche, a las 23:25h. Con su nuevo álbum titulado “Return to Forever” y más de 10 discos a su espaldas, nos hicieron disfrutar con un setlist de 18 canciones.
Un escenario perfectamente decorado, sencillo pero a la vez impactante, lleno de destellos y luces brillando a todo tren. Tras ellos, unas grandes pantallas no dejaron de proyectar imágenes antiguas de la banda, videos y las letras de sus canciones a modo de película.
El silenció se apoderó del ambiente, una gran tela con la portada de su nuevo disco cubría el escenario, un estruendo cortó la tranquilidad y las guitarras comenzaron a sonar, de golpe, la tela cayó y se desveló el elenco de grande músicos que formaban Scorpions.
Abrieron con Going Out With A Bang, proveniente de su nuevo disco, seguida de Make it Real, The Zoo y la preciosa We Built This House, de su nuevo disco también. Cuando creíamos que las famosas y románticas baladas jamás iban a llegar sonó Send Me An Angel acompañada de The Wind of Change.
Cerraron así su gran show con Still Loving You y Rock You Like a Hurricane donde el público enloqueció y despidió por todo lo alto a los alemanes, cerrando así un show de casi dos horas que nos dejaron con ganas de más. Menos mal que el Rock Fest de Barcelona se acerca.
No vamos a tirar por tierra su magnífico show haciendo hincapié en el incidente con el sonido (Al igual que Airbourne), ya que fue nada más comenzar y no lo tuvimos en cuenta. Llenos de energía, animados, dándolo todo… ¿Qué más podíamos pedirle a estos grandes?
Realmente lo hicieron de maravilla, demostrando una vez más, que lo bueno, nunca muere y aunque pasen los años, siguen gustando y pegando igual de fuerte que antaño.
Y por último, tuvimos que partir el show final para ver el principio de Venom y el final de Biohazard. Dos de las bandas que formaban parte de nuestra lista de “Imprescindible ver”, con los que nos quedamos muy contentos.
Siempre es algo muy malo que dos de tus bandas se solapen en un festival, así que decidimos ir al inicio de los grandes Venom. Qué decir de estos, un show con el gran Cronos liderando la banda junto a esos pesados riffs que les caracterizan, seguidos de esa velocidad de infarto a la que nos tienen acostumbrados fueron los elementos más destacados de lo poco que pudimos ver. Por pena nuestra, no pudimos ver muchos clásicos, ya que al inicio tocaron temas más recientes de la banda. Pero aun así, bandas así nunca defraudan, y la escasa media hora se nos pasó volando.
Era el turno de visitar el Warzone por última vez el segundo día para contemplar una de las bandas que más hemos podido ver por Barcelona en los últimos 2 años.
Un show de Biohazard siempre es una fiesta. Los movimientos y la actuación de Billy, Bobby, Scott y Danny sobre las tablas son de juerga, de una verdadera fiesta. De esas bandas que se nota que lo dan todo y encima se lo pasan en grande tocando.
Un repertorio que cogimos a la mitad con el que no nos faltó nada más que ver el tema con el que llegamos para saber lo que había sucedido antes, en los que el público no cesaría un solo instante de liarla, formar grandes moshpits y saltar como enfermos al ritmo de los riffs más famosos en el mundo del Hardcore.
Una banda que en comparación a otras del mismo estilo tiene elementos muy punks que le hacen ser únicos, y es que el hablar de Biohazard es sinónimo de conciertazo. Nunca defraudan a sus fans, y a todos aquellos que estuvieron presentes y no les conocían, se los metieron sin lugar a dudas en el bolsillo.
En Resist y Love Denied la gente se subió al escenario a liarla, donde tras estos seguiría We’re Only Gonna Die de los grandes Bad Religion, y terminar su show con Punishment y Hold My Own, donde la banda se retiraría entre aplausos y bajando a saludar a la primera fila a los fieles seguidores que estuvieron liándola sin cesar.
Un perfecto día relleno de diferentes bandas y estilos musicales, con el que pondríamos punto y final rumbo hacia la tienda de campaña, para coger fuerzas y madrugar al día siguiente, que nos esperarían conciertos desde primera hora.